Nuestro amor fue como acercar fuego a la mecha de una vela
El día que me enamoré de ti fue incluso antes de conocerte. Alguien me habló de tu pasión por los juegos de mesa y tu mente brillante, y eso despertó una curiosidad que no pude dejar quieta. Yo no lo supe entonces, pero me enamoré.
El tiempo avanzó y conocí tu voz, tu mirada, tus palabras elocuentes y tus chistes incorrectos. Y entonces supe que me había enamorado. Después te besé, y me di cuenta de que no quería desperdiciar un minuto más de mi vida sin poder tomarte de la mano.
Lo nuestro fue como acercar fuego a la mecha de una vela que se moría por ser encendida. Llegaste a mi casa, compartimos mi cama y entonces todo se convirtió en tuyo también: tu casa y tu cama. Mi perro y tu gato ahora eran tu perro y mi gato.
Mimetizamos nuestras formas de ver el mundo, y tus ojos iluminaban mi oscuridad todas las mañanas. Tu forma de hacerme reír es el amor más puro que conocí hasta ahora, y mi forma de cuidarte es la forma más pura de amor que yo he dado, sin duda alguna, en toda mi existencia.
Nuestro amor fue como acercar fuego a la mecha de una vela que se moría por ser encendida.
Y las velas se consumen, y se apagan.
